MADRID.- La fragata española 'Álvaro de Bazán' participó en misiones de guerra entre el 10 de septiembre y el 3 de diciembre pasados en el Golfo Pérsico. Según publica EL MUNDO, el navío formaba parte del grupo de combate del portaaviones nuclear estadounidense 'Theodore Roosevelt'.
Sin embargo, consultado por elmundo.es, el Ministerio de Defensa considera que la Armada española "no ha participado en ninguna acción de guerra ni en Irak ni en ningún otro lugar".
El Cuartel General de la Armada hizo público un comunicado en el que afirma que el Jefe del Estado Mayor de la Armada, Sebastián Zaragoza Soto, "tiene órdenes expresas" del ministro de Defensa, José Bono, "en ese sentido".
La misión del buque español más moderno de la flota española era la de proporcionar "apoyo aéreo y marítimo" a las tropas de la coalición internacional en Irak y garantizar la seguridad de las plataformas petrolíferas.
Operación 'Cortina de Acero'
Durante la segunda semana del mes de noviembre pasado, el grupo de combate prestó apoyo a la operación 'Cortina de Acero', en la que, durante cinco días, se produjeron ataques contra diversos objetivos terroristas: supuestas células de Al Qaeda identificadas a lo largo de la frontera de Siria e Irak.
Estos datos pertenecen a la información que, durante este tiempo, ha estado suministrando puntualmente la Marina de Estados Unidos a través de su web oficial, acompañada de fotos que sitúan a la fragata en el Golfo Pérsico en distintas fechas.
Es más, la dirección de comunicación de la empresa Navantia, antes Izar, distribuyó el pasado día 12 de diciembre una nota de prensa con cuatro fotos y un titular: "F-101: primer buque extranjero integrado en un grupo de combate estadounidense". Una de las fotos localiza al buque español en el Golfo Pérsico. Corresponde al día de la despedida de la misión, el 3 de diciembre. Las otras tres fueron realizadas el 6 de diciembre.
A la vista de lo expuesto, todo parece indicar que la fragata 'Álvaro de Bazán' ha estado en una misión de guerra con dos consecuencias inmediatas. La primera, laboral, ya que la tripulación de la más moderna de nuestras fragatas tiene derecho a percibir un plus de peligrosidad. La segunda, de carácter político, es más grave, ya que el Gobierno debería haber informado en tiempo y forma al Congreso de esta misión de guerra bajo bandera estadounidense.
El pasado 4 de mayo, Bono festejó en la base norteamericana de Norfolk (Virginia) el ingreso de la fragata en el grupo de combate y anunció que, a lo largo de los meses siguientes, participaría en maniobras para su entrenamiento.
Es más, desde el pasado 13 de octubre la versión oficial del Gobierno, a través del almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (Ajema), Sebastián Zaragoza Soto, es que se trataba de una misión "técnica y doctrinal", para lo que la fragata estuvo tres meses en Estados Unidos, luego en el Mediterráneo y, posteriormente, "en el Índico".
Lo curioso es que el almirante matizara, según el acta de su intervención parlamentaria, lo siguiente: "No es una operación, porque si fuera una operación dependería del Jemad. Es una actividad de preparación de la fuerza en un escenario alejado y en un despliegue prolongado, pero no es ninguna operación".
Por lo que respecta a su equipamiento armamentístico, está compuesto por 42 misiles de diversos tipos. Aegis, el sistema de detección y gestión operativa de misiles más sofisticado del mundo, puede discriminar y defenderse de un ataque masivo de hasta 15 misiles disparados al mismo tiempo.